Una mujer embarazada quería tener el recuerdo de su embarazo y acudió al fotógrafo que le recomendó una amiga para hacerse la sesión. Sin entender muy bien por qué, en un momento dado él sacó un vibrador para que ella jugara, y tras la sorpresa inicial, aceptó el reto. Tras unas fotos se acercó a ella con la polla fuera y le hizo una rica mamada hasta que, muy cachondos los dos, acabaron practicando sexo anal. Sin duda su amiga sabía a quién recomendar.