Tocaba hacerse un chequeo rutinario, así que Marley Brinx acudió a la consulta del médico, el cual le tenía preparada todo tipo de pruebas. Una de ellas consistía en verla desnuda y en comprobar que todo estaba en su sitio, en especial su coño. Aunque en realidad fue una excusa para poder probarlo y estimularla con su lengua, algo que logró que la morena se corriese y varias veces. Estaba claro que sus bajos funcionaban a la perfección, pero ahora la chica tenía ganas de polla así que sin pensarlo demasiado, se la chupó al doctor y se abrió de piernas hasta dejarle penetrarla sin parar sobre una camilla.