Una doctora de 65 años, psiquiatra y muy puta, trabaja muy de cerca con un paciente mucho más joven que ella. Tiene problemas de comunicación y socialización, así que ella lo ayuda a soltarse como mejor sabe, con sexo del bueno. Le come la polla y follan juntos como si no hubiera un mañana, entregándose al máximo, y recibe la misma respuesta de su paciente. Con estos días, no es de extrañar que la mujer ni piense en jubilarse.