Casey Calvert llegó realmente cansada a casa y necesitaba relajarse y olvidarse del trabajo. Fue hasta el dormitorio, se sentó junto a su pareja y tras charlar con él, comenzó a acariciarlo y a besarlo dejándole clara sus intenciones. El hombre, aunque estaba realmente cómodo, tuvo que contentar a su chica y para ello le metió una gran follada interracial que sin lugar a dudas sirvió para que ella se relajara y desestresara.